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Next report El Imparcial - Sunday, April 7, 1895

Un escándalo en Inglaterra
(POR TELÉGRAFO)
(DE NUESTRO CORRESPONSAL.)

Londres 5 (11,50 mañana)

De intento y por tratarse de un asunto repugnante, no he querido telegrafiar estos días acerca del escandaloso pleito pendiente entra el marqués de Queensbury y Oscar Wilde y que hoy han fallado los tribunales.

El veredicto del Jurado y la importancia social de los personajes que figuran en el proceso me obligan á romper este silencio. Hó aquí los hechos:

Un estético

Oscar Wilde es el célebre reformador de las ideas estéticas que por sus extravagancias y por sus trajes, recordando los del tiempo de Carlos II, concentró en su persona la atención pública, llegó á formar escuela, tiene miles de partidarios, y sobre todo de partidarias, en las clases aristocráticas y es personalidad tan saliente que Max Nordau, en su obra reciente Degeneración, le dedica un capitulo, como á Zola, á Ibsen y demás reformadores.

Oscar Wilde es el célebre reformador de las ideas estéticas que por sus extravagancias y por sus trajes, recordando los del tiempo de Carlos II, concentró en su persona la atención pública, llegó á formar escuela, tiene miles de partidarios, y sobre todo de partidarias, en las clases aristocráticas y es personalidad tan saliente que Max Nordau, en su obra reciente Degeneración, le dedica un capitulo, como á Zola, á Ibsen y demás reformadores.

Oscar Wilde es el célebre redormador de las ideas estéticas que por sus extravagancias y por sus trajes, recordando los del tiempo de Carlos II, concentró en su persona la atención pública, llegó á formar escuela, tiene miles de partidarios, y sobre todo de partidarias, en las clases aristocráticas, y es personalidad tan saliente que Max Nordau, en su obra reciente Degeneración, le dedica un capítulo, como á Zola, á Ibsen y demás reformadores.

Wilde viste ahora como todo el mundo, y hasta se ha casado. Pero continúa siendo el jefe de la escuela estética fin de siglo, cuyas teorías ha llevado ai teatro.

Wilde viste ahora como todo el mundo, y hasta se ha casado. Pero continúa siendo el jefe de la escuela estética fin de siglo, cuyas teorías ha llevado al teatro.

Wilde viste ahora como todo el mundo, y hasta se ha casado. Pero continúa siendo el jefe de la escuela estética fin de siglo, cuyas teorías ha llevado al teatro.

Oscar Wilde había tenido siempre á su alrededor varios amigos muy íntimos. Entre ellos figuraba un hijo del marqués de Queensbury, y la intimidad con éste no fué interrumpida por el casamiento de Wilde.

Oscar Wilde había tenido siempre á su alrededor varios amigos muy íntimos. Entre ellos figuraba un hijo del marqués de Queensbury, y la intimidad con éste no fué interrumpida por el casamiento de Wilde.

Oscar Wilde había tenido siempre á su alrededor varios amigos muy íntimos. Entre ellos figuraba un hijo del marqués de Queensbury, ya la intimidad con éste no fué interrumpida por el casamiento de Wilde.

El marqués boxeador

El marqués de Queensbury es otro extravaga nte, pero en sentido muy opuesto al del reformador de la estética. Es el marqués el gran protector de los campeones del boxeo, y tan entusiasta por este arte, que él también lo practica con extraordinario éxito, y más de una vez ha recurrido á él en sus cuestiones personales.

El marqués de Queensbury es otro extravaga nte, pero en sentido muy opuesto al del reformador de la estética. Es el marqués el gran protector de los campeones del boxeo, y tan entusiasta por este arte, que él también lo practica con extraordinario éxito, y más de una vez ha recurrido á él en sus cuestiones personales.

El marqués de Queensbury es otro extravagante, pero en sentido muy opuesto al del reformador de la estética. Es el marqués el gran protector de los campeones del boxeo, y tan entusiasta por este arte, que él también lo practica con extraordinario éxito, y más de una vez ha recurrido á el en sus cuestiones personales.

El fué quien el verano pasado se fué á Badén á buscar á lord Rosebery, el actual jefe del partido liberal y presidente del Consejo de ministros, para dar á tan ilustre personaje una paliza en regla. El delito de lord Rosobery consistía en haber concedido al hijo del marqués un título contra el cual protestaba lord Queensbury por no haberlo pedido él y por parecería que era ya demasjada la amistad de su hijo con el primer ministro cuando llegaba hasta hacer que éste le diera un titulo nobiliario al chico.

El fué quien el verano pasado se fué á Badén á buscar á lord Rosebery, el actual jefe del partido liberal y presidente del Consejo de ministros, para dar á tan ilustre personaje una paliza en regla. El delito de lord Rosobery consistía en haber concedido al hijo del marqués un título contra el cual protestaba lord Queensbury por no haberlo pedido él y por parecería que era ya demasjada la amistad de su hijo con el primer ministro cuando llegaba hasta hacer que éste le diera un titulo nobiliario al chico.

El fué quien el verapo pasado se fué á Badén á buscar á lord Rosebery, el actual jefe del partido liberal y presidente del Consejo de ministros, para dar á tan ilustre personaje una paliza en regla. El delito de lord Rosebery consistía en haber concedido al hijo del marqués un título contra el cual protestaba lord Queensbury por no haberlo pedido él, y por parecerle que era ya demasiada la amistad de su hijo con el primer ministro cuando llegaba hasta hacer que éste le diera un título nobiliario al chico.

Con este motivo se recuerda que el verano pasado el marqués de Queensbury, que es afamado púgil, fué á Baden, donde residía lord Rosebery, y le dió una tremenda paliza, por haber concedido al hijo del marqués un título contra el cual profestaba lord Queensbury por no haberlo pedido él y por parecerle que era ya demasiada la amistad de su hijo con el primar ministro, cuando llegaba hasta hacer que éste diera un titulo nobiliaria al joven.

Con este motivo se recuerda que el verano pasado el Marqués de Queensbury, que es afamado púgil, fué á Baden, donde residía Lord Rosebery, y le dió una tremenda paliza, por haber concedido al hijo del Marqués un título contra el cual profestaba Lord Queensbury por no haberlo pedido él y por parecerle que era ya demasiada la amistad de su hijo con el primar ministro, cuando llegaba hasta hacer que éste diera un titulo nobiliaria al joven.

La acusación

Recientemente, desesperado el marqués de Queensbury de no poder separar a su hijo da la intimidad de Oscar Wilse, publicó una carta terrible contra éste, acusándole en crudo de repugnantes inmoralidades.

Recientemente, desesperado el marqués de Queensbury de no poder separar á su hijo de la intimidad de Oscar Wilde, publicó una carta terrible contra éste, acusándole en crudo de repugnantes inmoralidades.

Oscar Wilde contestó llevando á los tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los Tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los Tribunales al Marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

El Jurado no se contentó con absolver al marqués de la acusación de injuria y calumnia.

El Jurado no se contentó con absolver al marqués de la acusación de injuria y calumnia.

En la vista del proceso instruido con tal motivo contra el marqués, éste ha presénta lo documentos y testigos cuyas revelaciones, del género más escandaloso que puede imaginarse, han probado que no era infundada la acusación lanzada por el aristócrata contra el corruptor de su hijo.

En la vista del proceso instruido con tal motivo contra el marqués, éste ha presénta lo documentos y testigos cuyas revelaciones, del género más escandaloso que puede imaginarse, han probado que no era infundada la acusación lanzada por el aristócrata contra el corruptor de su hijo.

En la vista del proceso instruido con tal motivo contra el marqués, éste ha presentado documentos y testigos cuyas revelaciones, del género más escandaloso que puede imaginarse, han probado que no era infundada la acusación lanzada por el aristócrata contra el corruptor de su hijo.

En la vista del proceso instruido con tal motivo contra el marqués, éste ha presentado documentos y testigos cuyas revelaciones, del género más escandaloso que puede imaginarse, han probado que no era infundada la acusación lanzada por el aristócrata contra el corruptor de su hijo.

En la vista del proceso instruido con tal motivo contra el Marqués, éste ha presentado documentos y testigos cuyas revelaciones, del género más escandaloso que puede imaginarse, han probado que no era infundada la acusación lanzada por el aristócrata contra el corruptor de su hijo.

El veredicto del Jurado

En vista de estas declaraciones, al hacer el resumen el presidente del tribunal, levantose Sir A. Clarke, uño dé los jurisconsultos más eminentes de lnglaterra y abogado de Oscar Wilde, y déclaró que retiraba la demanda por injuria y calumnia entablada contra lord Queensbury, y que, por lo tanto, se hallaba dispuesto á aceptar un veredicto absolutorio del Jurado para el acusado por su cliente.

En vista de estas declaraciones, al hacer el resumen el presidente del tribunal, levantose Sir A. Clarke, uño dé los jurisconsultos más eminentes de lnglaterra y abogado de Oscar Wilde, y déclaró que retiraba la demanda por injuria y calumnia entablada contra lord Queensbury, y que, por lo tanto, se hallaba dispuesto á aceptar un veredicto absolutorio del Jurado para el acusado por su cliente.

En vista de estas declaraciones, al hacer el resumen el presidente del tribunal, levantóse Sir A. Clarke, uno de los juriconsultos más eminentes de Inglaterra y abogado de Oscar Wilde, y declaró que retiraba, la demanda por injuria y calumnia entablada contra lord Queensbury, y que, por lo tanto, se hallaba dispuesto á aceptar un veredicto absolutorio del Jurado para el acusado por su cliente.

Las declaraciones de los testigos han sido tan extraordinariamente graves, que el defensor de Oscar Wilde, uno de los más eminentes jurisconsultos de Inglaterra, Sir A. Clarke, se levantó para manifestar que retiraba la demanda por injuria y calumnia entablada contra lord Queensbury, y que, por lo tanto, se hallaba dispuesto á aceptar un veredicto absolutorio del Jurado para el acusado por su cliente.

Las declaraciones de los testigos han sido tan extraordinariamente graves, que el defensor de Oscar Wilde, uno de los más eminentes jurisconsultos de Inglaterra, Sir A. Clarke, se levantó para manifestar que retiraba la demanda por injuria y calumnia entablada contra Lord Queensbury, y que, por lo tanto, se hallaba dispuesto á aceptar un veredicto absolutorio del Jurado para el acusado por su cliente.

Las palabras del representante de Wilde, y por tanto acusador del marqués, produjeron una impresión profundísima, porque equivalían á reconocer que eran ciertos los terribles cargos hechos por lord Queensbury centra el jefe de los estéticos.

Las palabras del representante de Wilde, y por tanto acusador del marqués, produjeron una impresión profundísima, porque equivalían á reconocer que eran ciertos los terribles cargos hechos por lord Queensbury centra el jefe de los estéticos.

Las palabras del representante de Wilde, y por tanto acusador del marqués, produjeron una impresión profundísima, porque equivalían á reconocer que eran ciertos los terribles cargos hechos por lord Queensbury contra el jefe de los estéticos.

Estas palabras del representante de Wilde, y por tanto acusador dal marqués, produjeron una impresión profundísima, porque equivalían á reconocer que eran ciertos los terribles cargos hechos por lord Queensbury.

Estas palabras del representante de Wilde, y por tanto acusador dal Marqués, produjeron una impresión profundísima, porque equivalían á reconocer que eran ciertos los terribles cargos hechos por Lord Queensbury.

El Jurado no se contentó con absolver al marqués de la acusación de injuria y calumnia.

El Jurado no se contentó con absolver al marqués de la acusación de injuria y calumnia.

El Jurado no se contentó con absolver al marqués de la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los Tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los tribunales al marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Oscar Wilde contestó llevando á los Tribunales al Marqués, bajo la acusación de injuria y calumnia.

Anadió en su veredicto que los cargos hechos por lord Queensbury contra Oscar Wilde son ciertos y fueron publicados en iuteréa público.

Anadió en su veredicto « que los cargos hechos por lord Queensbury contra Oscar Wilde son ciertos y fueron publicados en interés público. »

Añadió en su veredicto que los cargos hechos por lord Queensbury contra Oscar Wilde de son ciertos y fueron publicados en interés público.

Prisión de Wilde
Londres 5 (8,30 noche)

Oscar Wilde ha sido preso está nocbe.

En la orden de prisión se le acusa de haber cometido graves delitos contra la honestidad.

[...] anocbe [...] Oscar Wildes, cuya orden de prisión se le acusa de haber cometido graves delitos contra la honestidad.

--Moore.

(DE LA AGENCIA FABRA)
Lord Rosebery

LONDRES 5.-En todos los circulos no se habla más que del proceso de escandalos y delire contra la moral, que se esta viende ante el tribunal de Londres u en cayo procese figura el conocido marqués de Queensbury.

LONDRES 5.-En todos los circulos no se habla más que del proceso de escandalos y delire contra la moral, que se esta viende ante el tribunal de Londres u en cayo procese figura el conocido marqués de Queensbury.

Londres 5. - En todos los circulos no se habla más que del proceso de escandalos y delire contra la moral, que se esta viende ante el tribunal de Londres u en cayo procese figura el conocido marqués de Queensbury.

Londres 5. - En todos los circulos no se habla más que del proceso de escandalos y delito contra la moral que se esta viendo ante el tribunal de Londres, y en cuyo proceso figura el conocidó marqués de Queensbury.

Londres 5.- En todos los círculos no se habla más que del proceso de escándalos y delitos contra la moral, que se está viendo al tribunal de Londres, y en cuyo proceso figura el conocido Marqués de Queensbury.

Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefacción siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso y en la cual se hace mención del primer ministro lord Rosebery.

Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefacción siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso y en la cual se hace mención del primer ministro lord Rosebery.

Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefacción siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso y en la cual se hace mención del primer ministro lord Rosebery.

« Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefacción siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso y en la cual se hace mención del primer ministro lord Rosebery.»

Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefacción, siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso, y en la cual se hace mención del primer Ministro lord Rosebery.

Lo que ha producido, sin embargo, verdadera estupefaccion, siendo objeto de animados comentarios, es la lectura de una carta que aparece en el proceso, y en la cual 36 hace mencion del primer ministro, lord Rosebery.

A scandal in England
(BY TELEGRAPH)
(FROM OUR CORRESPONDENT.)

London 5 (11.50 a.m.)

Of intent and because it is a repugnant matter, I have not wanted to telegraph these days about the scandalous lawsuit pending between the Marquis of Queensbury and Oscar Wilde and that the courts have ruled today.

The verdict of the Jury and the social importance of the characters that appear in the process force me to break this silence. Here are the facts:

an aesthetic

Oscar Wilde is the famous reformer of aesthetic ideas who, due to his extravagances and his costumes, recalling those of the time of Charles II, focused public attention on his person, came to form a school, has thousands of supporters, and especially supporters. , among the aristocratic classes, and he is such an outstanding personality that Max Nordau, in his recent work Degeneration, dedicates a chapter to him, like to Zola, to Ibsen and other reformers.

Wilde now dresses like everyone else, and has even married. But he continues to be the head of the fin de siècle aesthetic school, whose theories he has brought to the theater.

Oscar Wilde had always had several very close friends around him. Among them was a son of the Marquess of Queensbury, and intimacy with him was not interrupted by Wilde's marriage.

the marquis boxer

The Marquess of Queensbury is another flamboyant, but in the very opposite sense of the reformer of aesthetics. The Marquis is the great protector of boxing champions, and so enthusiastic about this art that he also practices it with extraordinary success, and has resorted to him more than once in his personal affairs.

He was the one who last summer went to Baden to look for Lord Rosebery, the current head of the Liberal Party and President of the Council of Ministers, to give such an illustrious character a proper beating. Lord Rosobery's crime consisted in having granted the Marquess's son a title against which Lord Queensbury protested for not having asked for it and for it would seem that his son's friendship with the Prime Minister was already excessive when he went so far as to make him give him a noble title to the boy.

The accusation

Recently, the Marquis of Queensbury, desperate for not being able to separate his son from Oscar Wilse's privacy, published a terrible letter against him, crudely accusing him of disgusting immoralities.

Oscar Wilde answered by taking the Marquis to court, on charges of libel and calumny.

In the hearing of the process initiated for this reason against the Marquis, the latter presented the documents and witnesses whose revelations, of the most scandalous kind that can be imagined, have proven that the accusation launched by the aristocrat against the corrupter of his son was not unfounded.

The verdict of the jury

In view of these statements, as the presiding judge summed up, Sir A. Clarke, one of the most eminent jurists in England and attorney for Oscar Wilde, arose and declared that he was withdrawing the suit for libel and calumny brought against Lord Queensbury, and that, therefore, he was willing to accept a verdict of acquittal from the jury for the defendant for his client.

The words of Wilde's representative, and therefore accuser of the Marquis, produced a most profound impression, because they amounted to acknowledging that the terrible charges made by Lord Queensbury centered on the chief of the aestheticians were true.

The Jury was not content with acquitting the Marquis of the accusation of libel and calumny.

He added in his verdict that the charges made by Lord Queensbury against Oscar Wilde are true and were published on public iuteréa.

Wilde Prison
London 5 (8.30 night)

Oscar Wilde has been imprisoned tonight.

In the prison order he is accused of having committed serious crimes against honesty.

--Moore.

(FROM THE FABRA AGENCY)
lord rosebery

LONDON 5.-In all circles there is only talk of the process of scandals and delusions against morality, which is being sold before the court of London and in which case the well-known Marquis of Queensbury appears.

What has produced, however, true stupefaction, being the object of lively comments, is the reading of a letter that appears in the process and in which mention is made of the Prime Minister, Lord Rosebery.