Proceso escandaloso en Londres.

El tristemente famoso Oscar Wilde y su íntimo amigo Taylor comparecieron ayer ante el juez de Bow-Street.

El tristemente famoso Oscar Wilde y su íntimo amigo Taylor comparecieron ayer ante el juez de Bow-Street.

Wilde no manifesta ya la entereza de los primeros días ni el cinismo de que alardeaba; está muy abatido, y en su semblante se acusan las huellas del desaliento.

Wilde no manifesta ya la entereza de los primeros días ni el cinismo de que alardeaba; está muy abatido, y en su semblante se acusan las huellas del desaliento.

Taylor sigue sereno y burlón, observándose que no pierde una sola palabra de los interrogatorios y del debate.

Taylor sigue sereno y burlón, observándose que no pierde una sola palabra de los interrogatorios y del debate.

Uno de los testigos, Parker, interrogado por el fiscal acerca de su amistad estrecha con Taylor, hizo graves revelaciones.

Uno de los testigos, Parker, interrogado por el fiscal acerca de su amistad estrecha con Taylor, hizo graves revelaciones.

Terminado el examen de los testigos, el fiscal pidió que la causa pasase á conocimiento del Jurado.

Terminado el examen de los testigos, el fiscal pidió que la causa pasase á conocimiento del Jurado.

Los abogados defensores protestaron contra tal petición, pidiendo, á su vez, que se concediera á sus defendidos libertad provisional bajo fianza.

Los abogados defensores protestaron contra tal petición, pidiendo, á su vez, que se concediera á sus defendidos libertad provisional bajo fianza.

El juez rechazió la petición de las defensas, resolviendo que los acusados comparezcan ante el Tribunal de hecho.

El Juez rechazió la petición de las defensas, resolviendo que los acusados comparezcan ante el Tribunal de hecho.

Wilde y su amigo fueron llevados inmediatamente á sus respectivas prisiones.

Wilde y su amigo fueron llevados inmediatamente á sus respectivas prisiones.

Scandalous process in London.

The infamous Oscar Wilde and his close friend Taylor appeared before the Bow-Street judge yesterday.

Wilde no longer displays the integrity of the early days nor the cynicism he boasted; he is very downcast, and on his countenance the traces of discouragement are accused.

Taylor remains cool and mocking, not missing a single word of the questioning and debate.

One of the witnesses, Parker, questioned by the prosecutor about his close friendship with Taylor, made serious revelations.

Finished the examination of the witnesses, the public prosecutor requested that the cause pass to the knowledge of the Jury.

The defense attorneys protested against such petition, requesting, in turn, that their defendants be granted provisional release on bail.

The judge rejected the request of the defenses, resolving that the defendants appear before the Court of fact.

Wilde and his friend were immediately taken to their respective prisons.

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